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El programa Energía Total que lanzó el
Gobierno Nacional, consensuado con las
empresas petroleras y tras seis meses de
negociaciones, impuso las nuevas reglas de
juego que regirán para el abastecimiento de
gas hasta el año 2011.
Por medio de la resolución 599, la Secretaría
de Energía estableció las pautas y condicio-
nes que las productoras de gas deberán
cumplir para garantizar el suministro domés-
tico de los próximos cuatro años y medio.
- El nuevo esquema determina que la "priori-
dad" a la hora del abastecimiento seguirá
alcanzando a las casas de familia, los peque-
ños comercios, hospitales y entes públicos.
- Las exportaciones son la variable de ajuste
en caso de que la producción local no resul-
te suficiente para cubrir la demanda.
- Habrá "revisión y eventual suspensión o
caducidad de aquellos permisos de exporta-
ción de gas cuyos parámetros legales de
adjudicación se hayan desvirtuado".
- El precio del gas prevé mantener hasta el
2008 los actuales valores que rigen para los
usuarios residenciales y el GNC.
- Los grandes usuarios y las centrales térmi-
cas que deben contratar el suministro en
forma directa con las petroleras seguirá la
libre negociación, pero dentro de un marco
de referencia de precios que fijará periódica-
mente Energía.
- La suba máxima del precio para los gran-
des usuarios y las centrales térmicas deberí-
an contener, como máximo, un suba del
5,05% respecto a los valores promedio que
se acordaron en diciembre de 2006.
- El nuevo programa sumó las figuras de
"requerimiento de inyección adicional" (RIA) y
de "inyección adicional permanente" (IAP)
que deberá cubrir cada petrolera en función
de los niveles de producción que tuvo en el
período 2001-2004.
Energía Total
los grandes, los subdistribuidores tanto empre-
sas medianas como cooperativas están cerca de
besar la lona, si hablamos en términos boxísticos.
La vigencia del cuadro tarifario de la convertibili-
dad los estrangula porque no pueden soportar el
aumentos de costos varios (sueldos, insumos e
equipos) hasta el propio gas que distribuyen.
Por ejemplo, sin un sub-
distribuidor del interior
que compra GLP para la
red domiciliaria que atien-
de, y que es más caro
que el gas natural, vende
a tarifa regulada al costo
de GN. Salvo en provin-
cia de Buenos Aires, que
hay una subsidio especí-
fico para esta asimetría, en el resto de las provin-
cias del país esa diferencia la absorben las
empresas subdistribuidoras (empresas medianas
y cooperativas), las cuales desde 2001 a esta
parte sufren una descapitalización diaria.
Costos insostenibles
Hoy las distribuidoras y subdistribuidoras son el
jamón del sándwich, debido a que a partir de su
situación terminan beneficiando a otros sectores.
Los distribuidores y subdistribuidores pagan el
gas a un costo de 4 a 5 dólares por millón de
BTU a los productores que están radicados en el
país. Un costo similar al que se paga a Bolivia.
Entonces, los productores tienen un precio de
mercado acorde a los precios internacionales,
que sirven para abastecer el consumo interno
promedio de 120 millones de metros cúbicos dia-
rios.
¿Hay gas por extraer en el país? Si. La cuestión
es que si no hay precios y seguridades de renta-
bilidad en el mediano y largo plazo, difícil que se
hagan estudios (a un costo de diez millones de
dólares) para saber si un pozo tiene gas o no. Por
todo esto, hoy falta explotación y en menos de
tres años seremos importadores de gas natural.
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GAS POR REDES & GLP
La industria es la variable de ajuste.
En cifras esto significa que pasamos de tener
reservas de gas natural comprobadas de
763.526 miles de millones de metros cúbicos a
455.625 miles de millones de metros cúbicos.
La baja de la exploración tiene como correlato la
misma baja que existe en la inversión extranjera,
lo que provocó el amesetamiento que tuvo la pro-
ducción como así también la distribución de gas
en los últimos años.
En la década del '90, las distribuidoras y trans-
portistas de gas invirtieron 3.900 millones de
dólares, en inversiones genuinas, "lo que permitió
duplicar la capacidad de transporte de gas y
extender el beneficio del servicio de 4,5 millones
de clientes a 6,1 millones (32 %)", señala la Aso-
ciación de Distribuidores de Gas (Adigas). Hoy la
inversión que hay desde el 2001 al 2007 no llega
ni al diez por ciento. Sin embargo, cabe aclarar,
esa expansión de las redes de distribución para
el consumo interno no alcanzaron las metas que
estaban obligadas por contrato.
En ese mismo período, el país dejó de importar
gas por 250 millones de dólares/anuales y pasó
a exportar por 350 millones de dólares/anuales a
través de los gasoductos que la conectan con
Chile y Uruguay.
Otra de las paradojas que entraña la crisis en el
sector es la siguiente: los distribuidores compran
los caños para la extensión de las redes a
Techint, que se los
vende a precio dólar.
Paradójicamente
la
firma de la familia
Rocca los fabrica con
un precio de gas ape-
nas un poco más alto
que la época de la con-
vertibilidad. Entonces
un sector industrial, en
su detrimento, beneficia y subsidia a otro. Otros
casos más sencillos: un medidor de gas domici-
liaria en la época del uno a uno costaba $20
pesos, hoy se consigue a $60. Entonces para
una empresa distribuidora hacer una extensión
provoca una pérdida en sus balances difícil de
recuperar en el tiempo.
Síntesis
Hoy para abastecer el consumo interno prome-
dio de 120 millones de metros cúbicos diarios, la
industria se las ve de figurillas. Porque los cortes
de gas seguirán si la temperatura persiste en el
resto del invierno por debajo de los 5 grados cen-
tígrados. Entonces las industrias con contratos
interrumpibles, no recibirán el suministro de gas
que precisan para su tarea, con cortes totales o
parciales, en función de preservar el consumo
residencial que respecto a 2006 creció un 30 por
ciento y hasta un 50% en julio respecto a igual
mes de 2006.
Y aquí surge otra pregunta: ¿no habrá que hacer
ahorro energético para sostener el crecimiento
económico? Tal vez, después de octubre, el hori-
zonte se despeja y logrará traer soluciones lógica
que expone la realidad.
Las expansiones quedaron frenadas.
Tras la devaluación la tarifa
domiciliaria, comercial e
industrial en la argentina es
cuatro veces más barata a
similares clientes en Europa.
ANÁLISIS - REDES DE GAS