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ACTUALIDAD - OPINIÓN
sible de imaginar.
Si el análisis se repite supo-
niendo que el PUREE no
existe, desaparece el "pre-
mio" de la Res SE/624 y
entonces el usuario debería
haber pagado por el consu-
mo de los tres bimestres un
total de aprox. $ 44,17.
Y si se elimina además el
beneficio del subsidio (s/Art.
75 de la ley 25.565), su gas-
to en los seis meses hubiese
sido de aprox. $ 98.98 , o
sea el costo de unas cuatro
garrafas.
Teniendo en cuenta que las
estadísticas dicen que en el
país hay mas de cuatro millo-
nes de usuarios de GLP envasado y que todos
son víctimas pasivas de esta realidad, tratar de
encontrar un equilibrio entre situaciones tan dis-
pares, y con implicancias socioeconómicas tan
importantes, equivaldría a resolver este dilema:
¿aumentar el costo del GN o rebajar el del GLP?.
En épocas de Gas del Estado el precio pagado
por el gas en los centros densamente poblados
como Buenos Aires permitía mantener tarifas
menores en las zonas frías del país, en particular
las provincias patagónicas.
país. Como parte de la negociación, se permitió
que se "colgaran" del subsidio algunas zonas
ubicadas fuera de la Patagonia.
A partir de entonces, por imperio de las realida-
des económica y energética vigentes y de la polí-
tica tarifaria impuesta por el PEN, la brecha entre
ambas categorías de ciudadanos (los que utili-
zan GN por redes y los que no) se fue ensan-
chando pese a algunos paliativos generados
desde la SE, como la garrafa social, una especie
casi en vías de de extinción.
Se puede achicar hoy esta brecha?.
Por el lado de las tarifas parece imposible, ya
que el gobierno esta siendo victima de sus pro-
pios pecados y la sospecha generalizada de que
las distribuidoras ya ganan suficiente aun con las
tarifas congeladas, es un argumento populariza-
do que ha generando una especie de sistema
inmunológico propio que protege a los usuarios
de GN de cualquier aumento.
La única posibilidad de solución viable aparece
ligada entonces a fomentar la solidaridad del
"pueblo GN" para con el "pueblo GLP", concre-
tada a través de un aporte solidario en cada fac-
tura bimestral que paga el primero. Contradicto-
riamente, ese acto solidario ayudaría a un
gobierno incapaz y atrapado en su propia tram-
pa a solucionar el problema, aunque sea por un
tiempo, o hasta ver si puede armar una estrate-
gia energética diferente.
La ley 26020, de Marco Regulatorio del merca-
do del gas licuado, creó en su articulado Fondo
Fiduciario destinado a la expansión de redes de
GN y a subsidiar a los consumidores de GLP de
bajos recursos. Si se tiene en cuenta que hay
aproximadamente seis millones de usuarios de
GN, a muchos de los cuales actualmente se les
regala el gas que consumen, pensemos cuanto
se podría hacer incluyendo en cada una de los
casi cuarenta millones de facturas que se emiten
anualmente, cuatro o cinco pesos con el destino
mencionado.
1. Según datos de Facturas reales de Camuzzi Gas del
Sur. El precio de la garrafa ($ 22.-) es un promedio esti-
mado entre los valores de la zona y los que establece
la Secretaría de Energía como "de referencia".
2. Los valores son aproximados porque en beneficio
del espacio no se han recalculado el IVA e Ingresos
Brutos, lo que en todo caso rebajaría este costo.
Cavallo eliminó esta metodología de subsidios
cruzados en 1994 e implementó los subsidios
directos (explícitos) sustentados en partidas pre-
supuestarias discutidas (o peleadas) año tras
año en el Congreso, con implicancias políticas
de diversa índole.
Con el artículo 75º de la ley de presupuesto de
2002 (25.565) y su Decreto reglamentario (Nº
786 del mismo año) se eliminó aquella discusión
anual estableciendo un aporte 4 milésimas de
peso por cada m3 de GN consumido en todo el