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El aumento tuvo debilidad jurídica y generó un agudo malestar social.
E
l Gobierno no resistió la presión de los usua-
rios, del Congreso (con una nueva derrota en
ambas cámaras), de la Justicia y de medios de
comunicación, por tanto decidió suspender por
un bimestre el aumento de los precios del gas
por red. Convengamos que tanta reacción se
debió por un aumento que osciló entre el 260%
y el 400%.
El Gobierno pensó en el día a día. Suspende las
boletas donde habría sumas de 500 a 800
pesos por el uso en pleno invierno y dar el
aumento cuando la factura registre un monto
menor.
La salida transitoria que adoptó el Gobierno con-
siste en la suspensión total de los aumentos que
estaban previstos para el gas en los meses de
junio y julio. Y una suspensión parcial del 70% de
las subas para el período agosto-setiembre.
Según los cálculos oficiales, esta medida tendrá
costo fiscal de $ 493 millones por el restableci-
miento de subsidios para los sectores eléctrico y
gasífero.
Sin embargo nadie explica la situación de fondo.
De la producción del gas, de las extensiones de
la red, y así sucesivas cosas más. Por su parte,
la oposición tiene su cuota de responsabilidad:
fomentó la caída del aumento, pero debe saber
que esta decisión de aumentar tarifas tiene que
ver con incrementar la producción de gas.
A media marcha
“Dar marcha atrás el aumento es una locura y no
reconocer que hace falta ese incremento porque
nos quedamos sin gas. Vamos a contramano
del mundo, porque mientras que los servicios de
telecomunicaciones valen mucho más barato
que la energía, acá es al revés. Es ilógico que el
servicio de televisión por cable es más caro que
la gas”, dijo alarmado Eduardo Barreiro, consul-
tor energético renombrado, a revista EXPAN-
SION.
“Hay que pensar que esa parte del aumento iba
para pagar más el precio del gas en boca de
pozo. ¿Ahora el Gobierno va a subsidiar ese
nuevo valor? Esta jugada no se entiende bien”,
agregó y alertó que “debemos sincerar estos
valores porque nos quedamos sin gas. Y acá se
deben poner de acuerdo todos, Gobierno y opo-
sición”.
En cuanto al futuro aumento, Barreiro se mostró
dudado sobre “cuánto llegará a la producción de
todo este aumento postergado", aunque reco-
noció que en el Gobierno "ya existe el primer
esbozo de intencionalidad" de dejar atrás la idea
de las tarifas nacionales desacopladas de los
precios internacionales.
En este sentido, el consultor del IAPG precisó
El malestar volteó el “tarifazo”
y la duda a futuro es cómo
sostener la oferta de gas
El sector energético
quedó descolocado por
esta marcha atrás.
El abrupto aumento de un 260% promedio en la
tarifa de gas, provocó la reacción de la clase media
que volteó el tarifazo. Barreiro (foto) alertó sobre el
peligro de mantener tarifas congeladas.
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GAS x REDES & GLP
NOTA DE TAPA
que "con precio se puede recuperar la produc-
ción. En un corto plazo podemos llegar al pico
de producción de 2004 que fue de 53.000 millo-
nes de metros cúbicos, frente a los 49.000 millo-
nes del último año".
Clase media y medios
El trunco aumento tarifario, compuesto por un
"cargo específico" era para subsidiar el precio de
la garrafa de GLP, las compras de gas natural
licuado, el gas natural de Bolivia e incrementar el
precio del gas en boca de pozo, provocó un
sacudón enorme en materia política y social. No
es para menos: de un plumazo, torpe y en el
peor momento, el Gobierno quiso imponer
aumentos de hasta un 400%, aunque el prome-
dio fue del 260%.
Desde su puesta en marcha hasta la suspensión
temporaria, el Gobierno fue modificando sobre la
implementación. En un primer momento achicó
el número de familias afectadas por el incremen-
to. Luego, durante los meses de invierno, el car-
go alcanzaba a unos 1,2 millones de hogares de