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AGOSTO 2017
20
10° ANIVERSARIO
| REVISTA EXPANSIÓN
Un análisis de cómo está la situación en la actualidad y en el futuro.
Las nuevas tarifas y
sus ganadores, las
inversiones por venir
y el rol del Estado en
este nuevo escenario
que se abrió desde
enero de 2016.
El negocio que
viene en redes
L
os nuevos valores tarifarios para el servicio
de gas por red, tienen varios puntos por
analizar. La sequía de muchos años en mate-
ria de rentabilidad hicieron temblar a los prin-
cipales jugadores del mercado, pero los incre-
mentos recientes tienen una lógica que deja-
ron a las distribuidoras con una tajada menor
frente a las petroleras.
A su vez se abren cuestiones a tener en cuen-
ta como ser la imagen de las distribuidoras,
pues los mayores aumentos generaron una
conflictividad entre estas y los usuarios. Ade-
más de convivir con el rol del Estado que
seguirá siendo fundamental para desarrollar
nuevas expansiones de las redes.
Rentabilidad y expansiones
Del aumento del 400% en la tarifa de gas, la
mayor proporción se dirigirá a las arcas de las
petroleras. Para tener una idea de esto vale
explicar que en los próximos dos años las
productoras terminarán cobrando alrededor
de 6,8 dólares el millón de BTU, más del triple
de lo que cobraban hace dos años atrás y
muy lejos de los 3 dólares que cobran las pro-
ductoras estadounidenses para los hogares
americanos, por ejemplo.
Pese a que son los ganadores en el incremen-
to tarifario, las petroleras no vuelcan ese exce-
dente en mayor exploración o producción.
Los datos del primer semestre de 2017 refle-
jan una caída en la producción de gas respec-
to al primer semestre de 2016. Además, de
recibir subsidios para la producción desde el
Estado por un monto de 59 mil millones de
pesos anuales hasta el momento.
Pero volvamos a las distribuidoras, las nuevas
tarifas les trajeron un alivio importante. Volvie-
ron a lograr rentabilidad y un mejor flujo de
caja que les da nuevas perspectivas al nego-
cio de la distribución.
En este sentido se debe dejar en claro que los
nuevos incrementos traerán aparejado impor-
tantes inversiones. Para tener en cuenta, el
número de la inversión alcanzará los 50.000
millones de pesos hasta el 2021, que incluye
refuerzos de caudal (gasoductos, plantas
reductoras), mantenimiento y expansiones en
puntos determinados.
Pese a esta nueva situación, el modelo de la
concesión en manos privadas tienen sus lími-
tes respecto a las expansiones, por ende el rol
del Estado continuará siendo fundamental
para las extensiones.
Veamos un caso concreto como fue el de la
provincia de San Juan. Hace dos años, la
gobernación invirtió $300 millones de pesos
en un gasoducto para traer más gas desde la
vecina provincia de Mendoza para que Eco-
gas, la concesionaria de Cuyo, hiciera más
expansiones de redes. Ecogas había aducido
en su momento que no hacía extensiones
porque no estaba el gasoducto y ellos con las
tarifas anteriores no podían afrontar esa inver-
sión. Ahora, el gasoducto está y hay tarifa con
rentabilidad, sin embargo le comunicaron al
Gobierno provincial que las inversiones hasta
el 2021 sólo serán por mantenimiento y no
habrá ninguna expansión de redes.
Frente a estas situaciones, el Estado seguirá
teniendo una preponderancia fundamental,
como lo tuvo en la década pasada cuando las
expansiones las realizaban el Gobierno Nacio-
nal, las provinciales o los municipios.
Ahora lo que se avizora como dilema es si las
arcas del Estado financiarán expansiones y si
los privados querrán tener más extensiones y
clientes o sólo rentabilizar.
En los próximos años será necesario conjugar la
inversión pública con la privada para mantener el rit-
mo de la gasificación.