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PRETROLERAS
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GAS x REDES & GLP
Aunque tarde el enojo, la
cuestión es que exista más
producción.
Algunos datos para tener en cuenta.
YPF y los motivos
del enojo presidencial
P
ara entender el motivo del llamado de aten-
ción presidencial y el merodeo de la estati-
zación de YPF, es interesante transcribir algu-
nas informaciones publicadas y sacar conclu-
siones para entender el futuro.
Crisis internacional mediante, reacomodamien-
to fiscal por diversos motivos y un mayor cuida-
do del gasto público (que incluye una política
de quita de subsidios) permitirá al Gobierno
mantener un equilibrio fiscal y de caja entre las
exportaciones e importaciones.
En este marco, de manera tardía cabe desta-
car, el Gobierno se dio cuenta que las importa-
ciones de gas y combustibles crecen (principal
punto del actual defícit de la balanza comercial).
Y en este sentido, también se dio cuenta, tardí-
amente, que la principal petrolera del país, YPF,
no está realizando las inversiones de acuerdo a
las necesidades del país y del tamaño e inci-
dencia que tiene esta empresa.
Lo que el país necesita no son inversiones aco-
tadas (como la que hizo de shale gas) que ayu-
dan a mejorar las acciones en la Bolsa y por
ende a rentabilizar la empresa (lo que provoca
retiros de ganancias), pero que no satisfacen
las necesidades de consumo del país. Transitar
este camino convierte al negocio petrolero en
un negocio financiero. Por aquí es donde
empezó a construirse el enojo presidencial.
El 25 de enero Cristina Kirchner cuestionó a las
petroleras la baja producción. El 4 de febrero el
Gobierno suspende los planes Refino y Petró-
leo Plus. Al día siguiente De Vido acusó a la
empresa de no invertir y el 9 de febrero las pro-
vincias petroleras anuncian una evaluaban de
“caso por caso” de la producción y reservas de
cada área de cada área y anticiparon sancio-
nes.
Todo parece indicar que el camino está próxi-
mo a una nacionalización o en un mayor con-
trol de la producción, que incluye quita de con-
riores, de los cuales el Grupo Petersen recibió
un porcentaje equivalente a su capital social
dentro de YPF, del 25,46%”.
“Este esquema de manejar las utilidades tuvo
como consecuencia directa una intensidad
menor en el rubro inversiones, que se tradujo
en una baja en la producción anual de petróleo
y gas, una disminución en la refinación y una
merma de las reservas de la compañía, acen-
tuando los bajos rendimientos desde que Rep-
sol llegó a YPF. Entre diciembre de 2007 y el
mismo mes de 2010, la baja en las reservas de
crudo fueron de 15%, y en el caso del gas
superó el 32%”, agregó el matutino.
Esta lógica de retirar ganancias mayores a lo
invertido es una característica que viene desde
los años ’90 y que, si o sí, se debe cambiar. Tal
vez se pensó que con el ingreso del Grupo
Petersen (familia Eskenazi) todo podría cambiar,
pero no fue suficiente parece.
Sin embargo no se puede dejar de mencionar
que la inversión más fuerte de YPF fue en “la
exploración de shale oil. En noviembre pasado
YPF confirmó la existencia de 927 millones de
barriles equivalentes de hidrocarburos no con-
vencionales en una superficie de 428 kilóme-
tros cuadrados del área Loma de la Lata Norte,
en Neuquén. De ese volumen, 741 millones de
barriles corresponden a petróleo crudo de alta
calidad y el resto a gas. Este hallazgo se logró
tras perforar y poner en producción 15 pozos
verticales con volúmenes iniciales de entre 200
y 600 barriles diarios de shale oil de alta calidad,
que permiten tener a la fecha producciones de
5000 barriles de crudo equivalente diarios. Pero
son recursos no inmediatos para mejorar reser-
vas y producción de la compañía”.
El Gobierno, tardíamente se acordó que YPF no está
a la altura de las circunstancias.
cesiones y sanciones para las petroleras que
no cumplen.
En esos días el diario Página/12, pro gobierno
pero no por esto veraz con la información sumi-
nistrada, publicó que “YPF es una de las
empresas más rentables de la Argentina. Entre
2008 y 2010, la compañía obtuvo una utilidad
neta acumulada de $13.380 millones, según
los datos que se desprenden de los balances
presentados ante la Comisión Nacional de
Valores. De ese total, la petrolera distribuyó
entre sus accionistas, siendo la principal la
española Repsol, el 90% de esas ganancias.
(…) Sin embargo, la ganancia repartida entre
los accionistas superó ampliamente las utilida-
des de ese período. En los tres años analizados
fueron repartidos $18.628 millones por ganan-
cias acumulados no distribuidas de años ante-