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GAS x REDES & GLP
de matricería. A la vez, ambos trabajábamos en
diferentes fábricas”, recuerda Francisco.
A comienzos de la década del ’60 empezó el
camino de la futura Embor en un taller de 40
metros cuadrados, en ese mismo barrio porte-
ño. Ahí surge la idea de fabricación. El primer
artículo a fabricar sería un embudo y colador en
una misma pieza de plástico. Del principio y
final de ambas palabras nace el nombre de la
empresa. “Nosotros en los inicios mandába-
mos a inyectar afuera. Muchos años después
compramos la primera máquina”, aclara Fran-
cisco.
Con el impulso de ser fabricantes, el por enton-
ces joven emprendedor escucha que existe
una demanda importante de tapones para el
incipiente y ascendente mercado de las garra-
fas de glp. Estudia el tema, hace algunas con-
sultas y se dirige a Gas del Estado para lograr
que le presten el plano de construcción de los
tapones reglamentarios. Y lo logra.
“En dos meses construimos el molde para
fabricar ocho tapones a la vez. En ese tiempo
no había ni domingos ni feriados. Al principio se
inyectaba en un taller y la puntera (cabezal) se
colocaba en otro. Y en 1967, cuando la
demanda ya era importante, decidimos com-
prar la primera inyectora, que todavía funciona
y que posee varias reformas encima”, dice.
La primera venta de Embor fue a la firma Auto-
gas, “que era al principio una casa de venta de
artículos para el hogar. Luego vino Gas Areco,
hasta el día de hoy, y así otras empresas más”,
agrega Francisco, pero pide explicar algo
importante: “para ese entonces surgen
muchos fabricantes pero en función de bajar
precios se terminó haciendo unos tapones de
muy mala calidad. Entonces, Gas del Estado
interviene y el mercado comienza a estar más
prolijo”.
A mediados de los ’70 deciden comprar el
terreno donde se emplaza actualmente la
empresa. “En 1978 inauguramos. La mitad del
galpón se utilizaba para la fabricación de tapo-
nes y la otra para los diferentes productos pro-
pios orientados al bazar y también algunos tra-
bajos para terceros”, rememora.
Hoy la empresa tiene nueve inyectoras en total,
algunas de última generación importadas espe-
cialmente desde China. La producción es fuer-
te y la demanda sostenida. “Estamos haciendo
unos tres millones de tapones, qué número.
Pensar que al principio vendíamos la caja que
contenía 1500 unidades. Cuando alguien nos
compraba dos cajas hacíamos una fiesta”,
compara diferentes épocas don Francisco,
como lo llaman sus empleados.
Con 81 años sobre sus espaldas, Gocislo dice
presente en la fábrica todos los días. “Viene
alrededor de las ocho y a veces son los siete de
la tarde y todavía sigue acá”, interviene Analía
quien está al frente de la empresa en lo concer-
niente a lo comercial y administrativo. La terce-
ra generación, es decir los nietos, dicen presen-
te a través de David (hijo de Claudio, el otro hijo
de Fransciso) y Maximiano (de Analía). Ambos,
ACTUALIDAD GLP
están en el área de producción.
Embor llega a casi todos los fraccionadores del
país con sus tapones. Desde la petroleras más
grandes hasta las empresas fraccionadoras
más pequeñas. “También exportamos un tiem-
po a Paraguay, pero ahora no, incluso, nuestros
tapones están en Cuba a través de terceros.
¿Por qué no seguir avanzando con la exporta-
ción? Bueno habría que duplicar la producción
para abastecer con tranquilidad la demanda”,
explica Francisco y deja su visión respecto del
negocio: “sigue siendo un mercado con futuro,
porque el envasado va a seguir siendo la ener-
gía para aquellos lugares distantes, pues tene-
mos una territorio inmenso. Y por lo que veo, el
crecimiento de la gente va más rápido que la
construcción de las redes de gas natural”.